En los últimos meses fui subiendo artículos con información extra sobre qué es y qué aporta TangoCreativo. El primero que te dejo ya mismo es un video grabado en el 2do Congreso Internacional de Tango Argentino del IUNA, en el que expuse las ideas básicas de TangoCreativo. Lo podés encontrar en Una propuesta ante los problemas de la enseñanza del tango [VIDEO], y es un buen complemento de lo que vamos a charlar hoy.
Los inicios
Igual que todo el mundo, aprendí el tango a partir de algunas figuras y combinaciones de movimientos. A pesar de esto, dejé de lado estas ideas muy temprano para abocarme a la improvisación plena, en gran parte ayudado por mi doble condición de bailarín y músico. Es que entender y sentir la música ofrece un camino adicional para llegar al movimiento, una lógica específica para investigar sin necesidad de hablar o pensar nunca en el paso básico o los ochos. Es por eso que hace más de 15 años que doy cursos de música pensados para bailarines, porque sé que este puede ser un camino para desarmar estereotipos y rigideces que tenemos en la danza… Pero mi acercamiento estaba un poco incompleto, porque el lenguaje específico de la danza todavía seguía siendo el de las figuras y las explicaciones mecánicas de las partes del cuerpo.
Un día en el año 2006, no sé muy bien por qué, tomé conciencia total del problema. Entendí que arrancar por el paso básico (o cualquier otra secuencia) no me convence porque ni yo ni la gente que creo que baila bien lo usa al bailar, y que en realidad el proceso real de bailar es muy diferente a pensar en figuras. Lo que yo ya había encontrado hacía muchos años es esta posibilidad de no tener movimientos en la cabeza, y que el cuerpo se mueva casi solito, sin que yo supiera muy bien cómo sucedía. En ese momento hace tantos años entendí que al bailar lo que hacemos no es activar una serie de movimientos arbitrarios, sino simplemente sentir y permitir que los movimientos aparezcan. Esto es específicamente lo que hago cuando bailo, y no otra cosa. El problema ahora era cómo desarmar, estudiar. organizar y ordenar de un modo sencillo este proceso que parece tan personal y tan inasible.
Los primeros intentos
Si bailar es llenarse de sensaciones y los movimientos son apenas la consecuencia de estas sensaciones, pensé, hay que hablar de y estudiar las sensaciones. ¿Pero qué sensaciones son estas? ¿Hay que meterse con lo que a cada persona le pasa por dentro? ¿Con cuánto le gusta la otra persona con la que baila, o la música, o con sus propias incomodidades, o con qué le pasó durante el día? Bueno sí, un poco… Finalmente esas cosas influyen en cómo bailamos y forman tanta parte del material de danza como los movimientos que la gente observa, ¿no? Pero al mismo tiempo eso no ayuda mucho a moverse o a aprender a bailar.
No, las sensaciones de las que tenemos que ocuparnos (al menos al principio) son sensaciones físicas, más concretas. Dar un paso hacia adelante se siente distinto que uno hacia atrás, y la izquierda se siente diferente que la derecha. ¿Entonces podemos estudiar la sensación de adelante y la de atrás como dos cosas distintas? ¿Será que los tipos de sensaciones posibles están relacionadas con la dirección en la que nos movemos?
Evidentemente con el mundo entero por delante uno puede (y debe) decidir qué hacer con todas estas preguntas. Lo que terminé decidiendo para entender el tango es que las sensaciones se dividen en dos grandes familias, aquellas en que nos movemos juntos en líneas más bien rectas, y aquellas en que giramos alrededor del otro con líneas más bien curvas.
Eventualmente fueron surgiendo otras preguntas y alternativas, algunas quedaron en el camino tras intensas reflexiones, y otras quedaron como parte definitiva de la propuesta TangoCreativo. Al mismo tiempo y en paralelo fui desarrollando la progresión de estos conceptos y un esquema de cómo funcionarían las primeras clases, además de inventar ejercicios específicos para ayudar a comprender y llevar a la práctica cada una de las ideas que iban quedando firmes. En paralelo hubo que ir tomando algunas decisiones con respecto a la técnica y también a cómo se enseña.
TangoCreativo y sus beneficios
Llegados a este punto, creo pertinente reforzar brevemente en qué me enfoqué y en qué no para crear TangoCreativo.
Qué es
- Un método de enseñanza.
- Un marco teórico basado en sensaciones y no en movimientos.
- Un conjunto de elecciones técnicas y mecánicas.
- El producto de un profundo replanteo de las prioridades de la danza.
Qué no busca ser
- Un “estilo” específico, ni personal ni más general.
- Una colección de movimientos o secuencias, ni novedosos ni tradicionales.
- Una crítica o búsqueda de renovación de la danza (pero sí de su pedagogía y de su conceptualización).
Algunas de las características más interesantes son el aprendizaje a partir de la improvisación, la creatividad y la expresión, un replanteo del trabajo técnico que ayuda a desarmar la complejidad de los movimientos más difíciles, la desaparición de los roles como un concepto central de la danza y de su enseñanza y un contexto más provechoso para poder incorporar la música como estímulo.
Por todo esto es más apropiado entender a TangoCreativo como un cambio de paradigma, como otro modo de entender, vivir y ocuparse de las cosas de la danza, que solo como un nuevo método de enseñanza (¡que también lo es, claro!).
Lo bueno es que como trabajamos con principios generales no hace falta dividir las clases según los conocimientos previos. De hecho, los conocimientos intelectuales que hay que incorporar son bastante pocos y se pueden volcar completos en muy pocas clases. Esto no quiere decir que sea una solución mágica, porque el asunto no arranca hasta que no empezamos a aplicar y explorar las ideas mediante la práctica, llegando tan lejos como cada uno quiera en la exigencia y en el desarrollo de la danza.
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