¿Por qué nos cuesta ser creativos?

Qué pregunta, ¿no? No creo mucho en que haya personas creativas y personas que no lo son. Por supuesto, como en todo, alguna gente tiene más facilidad para la creatividad que otra, pero la creatividad es un proceso que todos y todas podemos recorrer. En este camino, algunas dificultades que se nos presentan son conceptuales, otras son físicas/técnicas, y todavía otras tienen que ver con el marco general con el que nos acercamos a lo que sea que queremos emprender. Vamos a expandir cada uno de estos puntos, ¿te parece?

El marco general

Una parte del problema está en el modo de entender el tango. Sabemos que para bailar tango no necesitamos aprender una coreografía completa con anterioridad, ¿no? Pero así y todo solemos aprender y estudiar la danza y sus elementos con fragmentitos de coreografía que hay que repetir con precisión (los “pasos” o “figuras”). Como esta repetición crea “memoria muscular” (más bien, memoria procedimental), resulta que por estudiar las mismas acciones terminamos estancándonos en repetirlas casi exclusivamente. En otras palabras, aprender figuras perjudica la creatividad porque facilita repetir fragmentos de danza de un modo casi automático.

Un principio de solución consiste en reducir drásticamente la importancia y el tiempo que pasamos estudiando una secuencia completa de movimientos. No quiere decir estudiar menos, sino estudiar distinto, y estudiar otras cosas. Se pueden abordar distintas variaciones al mismo tiempo, o incluso atomizar los contenidos en partes más pequeñas que las figuras. Pero cambiar figuras de 10 movimientos por pequeños módulos de 2 ó 3 no es suficiente, especialmente si estudiamos estas pequeñas partes igual que como estudiábamos las figuras.

¿Pero qué es la creatividad?

Otra parte del problema está relacionada a la idea de creatividad. Lo más usual es relacionar la creatividad con la novedad. Este concepto es atractivo y tiene sentido, crear algo es lograr que ese algo que no existía empiece a existir. Es también el concepto divino de la Creación, la idea de que la palabra o el pensamiento de un ser sobrenatural puede original el universo entero. Y una actitud de una arrogancia suprema, al menos en las manos de meros mortales.

La opción que prefiero es que la creatividad es una consecuencia y casi un sinónimo de la autenticidad. ¿Pero de qué estás hablando, Juan? Mirá, a lo mejor esto ayuda a entenderlo. Crear no es inventar algo desde la nada. Crear es tener ideas propias, gustos personales, un problema para resolver, una cantidad de materiales, y mezclar todo eso hasta ver qué sale. Entonces las soluciones “creativas” son simplemente combinaciones particulares de ideas, preferencias y materiales que se emplearon en resolver un problema.

¿Cuál es la ventaja de este modo de pensar? Que nos da mayor claridad para entender cómo actuar. Es que si crear es lograr que algo surja desde la nada, es muy poco lo que podemos hacer para ayudarnos a que esto suceda. Por otra parte, si crear tiene que ver con buscar las soluciones personales a las cosas, ya sabemos que el camino hacia la creatividad es el camino hacia el desarrollo propio. O sea que las soluciones más creativas son las más personales.

La otra parte de la ecuación, además de las ideas, habilidades y preferencias personales, son los materiales. En el caso de la danza esto es el conocimiento de los movimientos y técnicas específicas, pero también las características específicas de nuestro cuerpo y del cuerpo de la persona con la que bailamos.

Apuntando específicamente a la improvisación, la idea no es desarrollar la capacidad de hacer cualquier cosa en cualquier momento, sino la capacidad de buscar cuál es aquella acción que se ajusta mejor a este preciso instante, bajo estas condiciones.

Preparándonos para la improvisación

Lo último para charlar hoy son los requisitos especiales que pone la improvisación. Por supuesto que habría bastantes cosas para charlar sobre los límites que impone este tipo de trabajo, pero de estas condiciones nos interesa ahora el hecho de que es un proceso instantáneo. Esta relación particular con el transcurso del tiempo a su vez significa que hay poco margen para las inhibiciones técnicas.

Es usual que pensemos en la técnica por su valor al ayudarnos a hacer más cosas, más difíciles, y con menor esfuerzo. Esto es importante, especialmente si no tomamos un acercamiento mecánico a la técnica. Pero no es esta parte la que más nos interesa ahora. Lo que necesitamos para improvisar es enfocar en la parte de la técnica que nos acerca a una mayor espontaneidad.

En este sentido el trabajo no es tanto el del pulido de los movimientos, sino más bien la limpieza en los canales físicos de salida de nuestras ideas y el desarrollo de la capacidad de reacción. Esto no es tan complicado como quizás parezca, pero ciertamente requiere de un tipo de trabajo diferente a los ejercicios más tradicionales como la caminata y los ochos. Lo usual es que este tipo de trabajo lleve muchísimo tiempo… En parte porque es un trabajo largo y progresivo, pero también en parte porque es un trabajo que nunca enfocamos explícitamente así que los progresos son esporádicos e indirectos.

Para ir cerrando, el proceso creativo es algo que está al alcance de cualquiera pero que se beneficia de ciertas ideas y modos de trabajar. Y cuando estas cosas están presentes con suficiente fuerza es posible dejar de lado la idea de un proceso creativo para entrar en un verdadero estado creativo, un “color” especial que empieza a teñir todas las acciones y los pensamientos de nuestra vida.

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